Desde el pueblo de Lezana parte un antiguo camino que conduce hasta el santuario de la virgen de Cantonad, patrona del Valle de Mena desde el siglo XVII. Cada 8 de mayo, este camino es recorrido por los meneses que, desde diferentes pueblos del valle y a modo de peregrinación, deciden ir a pie hasta el santuario para venerar a su patrona y participar en los actos civiles y religiosos que constituyen la festividad de Nuestra Señora de Cantonad.
Tradición, cultura y religiosidad popular, constituyen las principales características de un evento cuya secular celebración ha contribuido al reforzamiento de las señas de identidad colectiva entre los habitantes del valle, quienes conciben el santuario y la propia fiesta como bienes o elementos surgidos en el seno de la comunidad y pertenecientes, por lo tanto, al patrimonio común.
Esta circunstancia queda reflejada en la interrelación existente entre los usos religioso y festivo, y en la propia disposición del santuario en inmediato contacto con la campa donde tiene lugar la romería.


ITINERARIO:


Partimos de la plaza de Lezana y continuamos, sin desviarnos, por el camino hormigonado que asciende hacia el cementerio y la residencia de ancianos. Una vez pasada la residencia, a la izquierda, encontramos una primera barrera que permite acceder a la campa por donde continúa el camino a Cantonad.
Seguiremos por este camino, sin desviarnos, y de nuevo nos encontramos con otra barrera que atravesaremos para salir a una gran campa por la que continúa el camino y en la que podremos contemplar una encina solitaria de gran porte y copa redondeada.
Siguiendo la huella del camino, atravesaremos la campa hasta el final, donde volvemos a encontrar una barrera que nos permite pasar al camino hormigonado procedente del pueblo de Vivanco.
Desde este punto ya se divisa el santuario de Cantonad. Continuaremos por este camino que asciende hasta desembocar en la explanada del santuario. Una vez aquí, podemos subir hasta la ermita y disfrutar de las vistas del valle desde el muro que circunda el recinto del santuario.
Para reanudar el recorrido, bajaremos a la explanada del santuario donde al final de la misma, encontraremos, a la izquierda, un caminito que tomaremos para descender hasta el pueblo de Vivanco.
Este camino encajado, conserva parte de su empedrado en algunos tramos y es conocido como Camino del Calvario porque era utilizado en las procesiones de Semana Santa para representar el Via Crucis que culminaba en el santuario.
El camino desemboca en el barrio de Urbaneja, perteneciente al pueblo de Vivanco, y en este punto, continuaremos hacia la izquierda para descender por una calleja hasta la carretera, donde nos toparemos con una señal de Stop.
Una vez aquí, giraremos a la derecha y continuaremos por la acera de la carretera hasta llegar a una segunda señal de Stop donde, a la derecha, encontraremos el camino que conecta los pueblos de Vivanco y Lezana. Seguiremos este camino que desemboca junto a la residencia de ancianos de Lezana.
En este punto, descenderemos por un camino asfaltado hasta alcanzar un pequeño cruce donde hay un pino. Desde aquí, continuaremos hacia la derecha por una calleja que desemboca en la plaza de Lezana.
En Lezana, torre de los siglos XIV-XV, casonas cúbicas, algunas blasonadas, de los siglos XVIII-XIX, molino del siglo XIX ubicado en el camino de Las Estorcas.
En Vivanco, Santuario de Cantonad, construido entre los siglos XVI-XVIII; torre de origen bajomedieval (siglos XIV-XV) con retoques y añadidos de los siglos XVI-XVII; arquitectura tradicional de origen bajomedieval, casonas cúbicas – algunas blasonadas – de los siglos XVIII-XIX, palacio abacial de los siglos XVII-XVIII, iglesia con restos del primitivo templo románico y tapa de sarcófago románico de finales del siglo XII perteneciente al abad de Vivanco


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